A la llegada del 2040, en España no se podrá comercializar turismos que emitan dióxido de carbono, debido a que este es el principal gas de efecto invernadero. Y para el año 2050 no podrán circular en el país.
En la práctica, esta se trata de la sentencia de muerte para los coches de combustión en medio de la tecnología actual, y está recogida en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que fue aprobada en el Congreso.
En esta norma se incluyen medidas legales cuyo fin es mejorar la calidad del aire de las ciudades, pero también impulsar la implantación del coche eléctrico, lo que se trata de una apuesta clara del Gobierno.
Medidas relevantes de la nueva Ley de Cambio Climático
Después de años de retraso es aprobada por el Congreso la Ley de Cambio Climático. Y es que a todo los problemas surgidos por la contaminación del aire generada por los motores de combustión, se les adiciona los diésel y de la gasolina son grandes emisores de dióxido de carbono.
De acuerdo al último inventario oficial de gases de efecto invernadero de España de 2019, el transporte se ubica como el responsable del 29,1% de todas las emisiones del país. Mientras que el transporte por carretera acumula el 26,9% del total. Mientras que el resto de los grandes sectores ha minimizado sus emisiones, el transporte continúa incrementándolas.
“Necesitamos que se democratice el coche eléctrico”, señaló la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Lo hizo durante la presentación de la nueva convocatoria de incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga que acaba de lanzar el Ejecutivo. Estás se tratan de ayudas que deben brindar el impulso para poner en marcha la estrategia del Gobierno.
En la ley climática se han establecido distintas obligaciones para que las gasolineras, a partir de un determinado volumen de negocio para la instalación de puntos de recarga. Y, a partir de 2023, todos los edificios no residenciales y con más de 20 plazas de aparcamiento deberán contar con esa misma infraestructura.
Así mismo el Gobierno se encuentra preparando desde ahora un portal en internet en donde es posible localizar los puntos públicos del país. “La ley va a dar sin duda señales muy importantes de que la electrificación es irreversible y que se va a desarrollar durante esta década”, señala Alberto Amores, quien es socio de Monitor Deloitte y experto en movilidad.
La ley es una carta de intenciones aunque también se trata de una carrera que, con al menos dos décadas por delante, se encamina contra el reloj ante un espacio demarcado por la Unión Europea.
España se encuentra rezagada: solo un 0,2% de sus 24,5 millones de turismos son totalmente eléctricos en un parque absolutamente abrumador del diésel y la gasolina.
Y no solo se trata de eso, sino de que la industria española de la automoción debe aún realizar la transformación para asumir los cambios que el Gobierno ha impuesto en el mercado.